Es caro, pero nos sos vos, soy yo…

Cuantas veces hablamos de precio y valor, como 2 conceptos bien distintos.

El precio es un numero expresado en pesos, euros, dólares o la moneda que prefieras. En cambio, el valor es una cuantificación de la satisfacción (llamálo agrado, goce, deleite o como quieras) que vas a tener cuando uses ese bien o servicio.

La idea no es, en esta nota, escribir sobre ese tema en general, sino un contexto inflacionario importante, donde en los últimos 12 meses, los precios crecieron más del 230%. (Nota del autor: Amigos que no viven en Argentina, no es un tema de idioma, entiendo que no comprendieron que podemos tener una inflación de ese calibre, pero inténtenlo. Cada mes, nuestros precios subieron mucho más de lo que suben en sus países durante todo el año).

Volviendo al tema. La semana pasada con mi pareja en el supermercado, haciendo la fila junto a una góndola de golosinas (todos los productos que te ponen mientras “no tenés nada que hacer” a los que llamamos de “compra impulsiva”). Nos miramos y casi como el viejo juego del “repechaje” empezamos:

  • “Mirá lo que vale un chocolate Block: $1.040 y es el blanco… “
  • «Y un chocolate Arcor: $850…”
  • «Y una Tita: $499…»

Seguimos con todos los productos de la gódola, pero no quiero aburrirlos (si es que todavía siguen aqui leyendo). Ahí me pregunté “¿El valor sigue siendo el mismo”? Es decir ¿Da la misma satisfacción comer un chocolate con maní si vale $1040 o $650?

El tema es entonces que la pregunta que nos hacemos (consciente o inconscientemente) cuando compramos un bien o un servicio es: ¿Qué relación hay entre el numero expresado en alguna moneda y lo que voy a recibir por usar el producto? La respuesta no es única y dependerá de muchos factores como tus ingresos, tus gastos, el contexto, la época del mes y cientos de otros factores. Pero en todos los casos, las opciones son:

Si lo que vas a recibir es igual al precio a pagar, el producto tiene un precio adecuado

Si lo que vas a recibir es mayor al precio a pagar, el producto resulta barato.

Si lo que vas a recibir es menor al precio a pagar, el producto está caro.

Nos pasa, y cada vez mas, que decimos: «No hay referencia de los precios». Eso sucede debido a las rápidas variaciones que estos tienen y a las distintas velocidades que se actualizan, según el proveedor y/o el rubro/industria,

En conclusión, lo que antes nos parecía un precio justo, ahora nos puede resultar caro, y es eso lo que tenés que darte cuenta cuando fijás los precios de tu negocio, esos que percibe y evalúa, tu cliente,